Fecha: 23 de Noviembre de 2023
¡¡NO A LA DESTRUCCIÓN DE EMPLEO EN TELEFÓNICA!!
El centenario de una empresa como Telefónica no se podía celebrar de peor manera. Los planes liquidadores de Álvarez-Pallete siguen las directrices de obtención de rápidos beneficios dictadas por los fondos buitre que están tomando el control de la empresa. Una empresa que fue levantada en sus orígenes, en todos los pueblos y ciudades, en terrenos cedidos por el Estado y por tanto con los impuestos que la clase trabajadora aportaba al estado, y que se ha mantenido con el esfuerzo de sus trabajadores y trabajadoras que a lo largo de estos cien años han dejado el esfuerzo y la dedicación de toda su vida para facilitar un servicio universal y de calidad en el sector de las telecomunicaciones.
La entrada en la Unión Europa estuvo precedida de la exigencia del fin de las empresas estatales con la patraña de las ventajas del libre comercio y la regulación del mercado a través de la oferta y la demanda. Pero lo que realmente se pretendía por el capital era acabar con estas empresas, incluida la Telefónica, para hacerse con sus beneficios, acabando paulatinamente con las plantillas fijas, pasando a que el servicio fuera prestado, cada vez en mayor medida, por contratas y subcontratas, que tienen a sus trabajadores y trabajadoras en condiciones absolutamente precarias con salarios de miseria y sin derechos laborales, sociales y de Seguridad y Salud.
Más de 35 años después, y a pesar de que el sector se ha desarrollado enormemente, en esta empresa solo se observa un saqueo inmoral de todo lo que constituyó una empresa pública, desde la red de cobre hasta las grandes inversiones en fibra óptica, además de los locales y edificios, antenas de telefonía móvil y cable submarino. Todo ello con una mínima plantilla fija, que ahora pretenden liquidar, y más de 100.000 puestos de trabajo precario.
Cualquier pretexto les sirve a los enajenadores de lo público. Unas veces es la regulación del mercado, en otras les viene bien una pandemia porque el mismo mercado está en proceso de repliegue, ahora se trata del fin de las centrales de cobre para ajustar todavía más. El ajuste no suele ir destinado a los desorbitados beneficios que obtienen los grandes accionistas sino, precisamente, a una nueva reducción de plantilla mediante un artificio llamado Plan de Suspensión Individual (PSI) que, junto a los Expedientes de Regulación de Empleo, ya ha liquidado alrededor de 60.000 puestos de trabajo. Para ello ha contado con el acuerdo y apoyo de los sindicatos subvencionados y amarillos del sistema, ahora auto denominados “agentes sociales” CC. OO y UGT, traidores a la clase obrera.
Álvarez-Pallete, testaferro de Black Rock, Fondo Saudí, BBVA, Caixa Bank etc, ya ha anunciado un nuevo plan de desvinculación para 5.000 trabajadoras y trabajadores del Grupo Telefónica. Con esta nueva ofensiva ya serán 16.000 los puestos de trabajo destruidos con este sistema, dando la razón a las continuas denuncias de nuestro sindicato de que el actual Presidente del Consejo de Administración (como los que le han precedido) no son más que títeres en manos del sistema y los grandes capitales para destruir la empresa.
Porque este plan de liquidación de la plantilla fija, de llevar la actividad a la precariedad y así obtener más beneficios para repartirse entre los de siempre, esos grandes capitales representantes de un sistema depredador que nos explota, no es nuevo. Ya en 2008 conocimos los planes de la empresa, y fue la lucha de la plantilla, encabezada y organizada por este sindicato, la que logró parar estos planes a costa del despido y las sanciones muy graves de delegados y delegadas, fundamentalmente de AST.
Ahora, la pasividad de una parte de la representación sindical en la empresa, y el apoyo remunerado de otras, está permitiendo a la dirección seguir adelante con esta barbarie.
Y, lamentablemente, cuentan con el aplauso de buena parte de la plantilla, a la que los “agentes sociales” que firman estos planes con la empresa, apoyados por los medios de comunicación del sistema, y también en otras medidas como el cierre de centrales, unido a la nula formación para adaptarse a las nuevas tecnologías que se imparte a la plantilla, a las perdidas de derechos pactadas en convenio, etc…están logrando convencer de las bondades de irse con el 65% de su salario congelado, abandonando su puesto de trabajo y permitiendo que la actividad sea transferida a trabajadoras y trabajadores de contratas, subcontratas y/o autónomos con salarios que apenas alcanzan el Salario Mínimo Interprofesional, precarizando el empleo actual y el de las generaciones futuras.
Porque la actividad en el sector de las telecomunicaciones seguirá creciendo, pero la realizarán trabajadores y trabajadoras que cotizarán mínimamente a la Seguridad Social poniendo en riesgo, la prestación de servicios públicos y el futuro de nuestras pensiones.
A la par, surgirán de nuevo quienes se lo han llevado crudo para presentarse como salvapatrias con sus planes privados de pensiones, su Sanidad o Educación privada, sus residencias de mayores concertadas, sus empresas de cuidados… aduciendo las maldades y la inviabilidad de todo lo que suena a público. Toda una gran mentira organizada para saquear lo público al tiempo que abaratan los costes laborales y eliminan los derechos adquiridos.
Lo que se pretende es un expolio en toda regla que, además del escándalo que supone, viene a ahondar en el robo sistemático pergeñado por las grandes multinacionales, que tiene como objeto a la clase trabajadora y a las capas más humildes de la sociedad. Décadas de luchas de quienes nos precedieron para alcanzar condiciones laborales dignas, para ahora arrojarlas a la precariedad más absoluta.
Pero nada de esto sucedería si quienes han podido representar los intereses de la plantilla no hubieran pactado con la empresa para ser parte de esta vergüenza, a cambio de una generosa financiación a través de la gestión del Plan de Pensiones, y otras muchas prebendas, CCOO y UGT se han encargado convenio tras convenio, no solo de empeorar las condiciones laborales de la plantilla quitándoles derechos, sino también de dar carta blanca a la empresa para jibarizarla, presionando cada vez más a sus trabajadores y trabajadoras para empujarles al abismo de una salida “voluntaria” y “salvadora”.
Un ultraje a la clase trabajadora de tal magnitud que bien puede servir de ejemplo clarificador de la política del pacto social que los “agentes sociales” firmaron con la patronal convirtiéndose en una auténtica quinta columna en el movimiento obrero. Porque la única manera que tiene la patronal de aumentar sus beneficios es detrayéndolos de los nuestros, amparada por una legislación afín a sus intereses y aupada por esos “agentes sociales” financiados por ella. Ellos si lo tienen claro.
Para Alternativa Sindical de Clase (ASC) cualquier política de destrucción de empleo es contraria a los intereses de los trabajadores y trabajadoras y a los de la sociedad en general.
Para Alternativa Sindical de Clase (ASC) la única salida es la organización y la lucha en la empresa y fuera de ella… Explicar a la plantilla lo que supone colaborar en la destrucción de miles de puestos de trabajo… pelear por mejorar nuestras condiciones laborales, exigiendo, entre otras cosas, el contrato de relevo, al que puedan acogerse los trabajadores y trabajadoras mayores que así lo decidan Creando empleo y no destruyéndolo…sin expoliar las arcas del Estado…parando la precariedad laboral y social de las generaciones futuras y no fomentándola… Defendiendo lo público y luchando para recuperar todo lo que nos han quitado… En definitiva, no permitiendo la destrucción de esta empresa.
¡¡FORTALECE EL SINDICALISMO DE CLASE, AFÍLIATE A ASC!!
Noviembre de 2023